Las iniciativas (municipios, movimiento de) transición son actividades compartidas en el vecindario, encaminadas a transicionar juntas hacia un modelo energético ya no basado en el petróleo, sino en las fuentes renovables.

Se nutren de criterios del diseño permacultural, de habilidades interpersonales de la ecología profunda y de una praxis realista y asequible del poder de la comunidad. No requiere grandes conocimientos ambientales ni ningún tipo de militancia política, sino de ganas de hacer pequeños cambios locales de impacto global.

Tiene una metodología propia que combina diversos saberes y los enfoca en acciones viables, significativas, celebrativas y comunicables. Tiene vocación expansiva y en las redes de transición se interrelacionan miles de experiencias (https://transitionnetwork.org/transition-near-me/).

En lo que se refiere a la economía, reconoce la multidimensionalidad de la energía como vector social, comercial, político y ambiental. Se sitúa en el extremo más optimista del decrecimiento, asumiendo que si actuamos juntas ya mismo, podemos desarrollar mecanismos adaptativos y de resiliencia que permitan mantener o mejorar la calidad de vida, reduciendo a la vez drásticamente el consumo de productos no locales. En este sentido comparte con la ecología política el concepto de «buen vivir» como alternativa al de «bienestar». No parte del axioma de la escasez de bienes y recursos, sino, al contrario, de la abundancia de la vida. Tiene en cuenta, además del trabajo y el capital, los servicios de los ecosistemas (http://www.fao.org/zhc/detail-events/es/c/382062/), dentro de la ecuación económica global.

Aboga por un trabajo al servicio de las personas y no al revés, y por una distribución equivalente de capital cerca de los grupos sociales con necesidad. Pone en valor los resultados de la economía ambiental a la hora de contabilizar los servicios de los ecosistemas, es decir, la aportación de bienes y servicios de la naturaleza, la tierra, el sol y los recursos de cuidado familiar y amistoso. Implica un cambio progresivo, acompañado por múltiples metodologías y propuestas de valor, del estilo de vida personal, hacia uno más efectivo y afectivo, menos depredador, más generoso y sensato, y menos derrochador. Para mucha más información, mirad en http://www.reddetransicion.org/.