Tienen muchos elementos en común y algunas diferencias fundamentales. ¿Por qué no es posible reducir el modelo Cohousing a una simple cooperativa de viviendas?
El debate sobre el cohousing está abierto y, como es comprensible, presentar una idea rompedora significa lidiar con los mecanismos de autodefensa que intervienen para normalizar la novedad, evitar el estrés del cambio y conservar el status quo (siempre y cuando merezca la pena conservarlo.)
El prefijo conjuntivo “co” favorece relacionar el concepto de cooperativa a la palabra cohousing, es decir, a este nuevo anglicismo todavía no asimilado por el idioma español.
Además el renovado auge del cooperativismo como respuesta a muchos problemas de la crisis económica ha alcanzado con fuerza el sector inmobiliario.
La cooperativa de viviendas en España es una vieja conocida, y evoca historias de grandes éxitos y estridentes fracasos.
¿Por qué merece la pena cohabitar en lugar de cooperar para una vivienda?
– el cooperativismo es parte del cohousing: cómo y por qué
La cooperativa de viviendas se constituye con el objetivo de proporcionar a sus socios viviendas y otros bienes inmuebles, adquiriendo suelo para urbanizar y construir. La legislación española reconoce este instituto desde 1988, y lo favorece con algunas ventajas fiscales.
El proyecto se amoldará al nivel adquisitivo de sus participantes, siempre y cuando la gestora profesional encargada por los socios de la cooperativa de su buen funcionamiento maximice los beneficios económicos, prescindiendo de los costes especulativos del mercado inmobiliario, y reduciendo los costes de construcción del inmueble.
El cohousing es un proyecto de cohabitación completo. Paco Romero, socio director de CohousingVerde, trata de solucionar la complejidad de su puesta en marcha y funcionamiento utilizando una metodología de gestión profesional: “El proceso de construcción de la vivienda se acompaña necesariamente de otro de construcción de la comunidad que va a convivir en ella. Por eso, es muy importante que el proceso se divida en dos fases. Por un lado, un paso previo en el que los futuros vecinos se conozcan y compartan sus inquietudes para comprobar si hay una visión similar compartida en torno a dónde y cómo vivir, y por supuesto, por cuánto”.
La cooperativa de viviendas es una solución adecuada para que los socios adquieran una vivienda asequible. Su gestión no prevé valorizar la constitución de una comunidad de vecinos, aun siendo la garantía de existencia de la cooperativa.
Por contra, la mayoría de los cohousing existentes se asocia en una cooperativa de viviendas para construir el inmueble donde ubicar un proyecto de cohabitación complejo y bien definido en la fase previa.
– el cohousing disminuye el riesgo de fracaso de la cooperativa
La historia de la cooperativas de viviendas españolas indica que existe un moderado riesgo de fracaso del proyecto, siempre relacionado con un motivo: la insuficiente profesionalidad de la gestora. Los casos más sonados han sido protagonizados por las gestoras PSV, Ofigevi, Gespozuelo, y PSG.
Es lógico exigir a la gestora la obligación de planificar y diligenciar la buena salida del proyecto, más allá de las responsabilidades jurídicas, y sobre todo después de haber promovido la constitución de la cooperativa
Sin embargo, en el cohousing el riesgo de que una gestora no esté a la altura del proyecto disminuye por diferentes razones:
– en primer lugar la gestora no se ocupa de promocionar el proyecto cooperativo. La comunidad de vecinos será el primer elemento constituyente de una iniciativa de cohousing
– en segundo lugar son los mismos vecinos quienes encargan a una gestora la dirección profesional del proyecto hasta su completa realización, y no siempre lo hacen.
De cara al éxito del cohousing, aparecen nuevas ofertas profesionales no orientadas a la promoción de una cooperativa de viviendas, sino a la gestión profesional del proceso de desarrollo, diseño, realización y funcionamiento de cada nueva iniciativa de cohousing.
Es el caso en España del mencionado CohousingVerde, o de la italiana Homers, primera sociedad especializada en el desarrollo de soluciones residenciales participativas. Davide Zivieri, socio director, explica cual es la importancia del servicio: “Homers se propone favorecer la “des-intermediación” inmobiliaria para evitar fenómenos especulativos. El valor del inmueble sube cuando incorpora el capital social generado por las relaciones de su comunidad”.
Finalmente, la sensación es que el cohousing ofrezca a la cooperativa de viviendas una “segunda oportunidad”, cuando se desvincule del mercado inmobiliario especulativo.
Los analistas alaban cómo el mercado madrileño está protagonizado por nuevas cooperativas de viviendas cuya popularidad depende “…no porque aumente la adhesión a la economía social, sino porque las entidades financieras descubrieron que el modelo permite reducir los riesgos”. Es decir que las cooperativas siguen estando expuestas al riesgo de inversión denunciado por el Concovi (Confederación de Cooperativas de Viviendas) a finales de 2013.

Sin embargo, la cooperativa de vivienda a través del modelo de Cohousing consigue revalorizar la autenticidad del proceso participativo, y devolver al prefijo “Co” su íntimo significado conjuntivo.


Antonio Saffioti,
 Consultor en Responsabilidad Social Corporativa
para el Bien Común