Hace unos días nos hicieron una entrevista desde Euskadi+Innova de la Spri. Dejamos el texto íntegro para vuestro conocimiento.


La Economía del Bien Común es un modelo económico alternativo que busca sustituir las premisas del afán de lucro y la competencia por la contribución al bien común y la cooperación. Su principal impulsor es Christian Felber, quien ha desarrollado un modelo donde la sostenibilidad económica no tiene por qué estar reñida con los valores de justicia social, respeto al medio ambiente y transparencia, partiendo de la sociedad civil como motor de cambio. Javier Goikoetxea es coordinador de este movimiento en Euskadi, así como cofundador de la asociación Plan Biko por el Bien Común.



Primero de todo, ¿qué quiere decir Economía del Bien Común?
Por un lado está el concepto de economía, que todos sabemos a qué se refiere, y por otro, el de bien común, que es algo más genérico y quizá menos conocido, aunque no es nada nuevo. De hecho, Aristóteles ya marcó el bien común como el medio para conseguir la felicidad, y en realidad vamos muy en esa línea, ligada a otros conceptos como la transparencia, la democracia y la justicia social. La Economía del Bien Común lo que pretende es llegar a esos fines con una herramienta clara y definida, haciendo un análisis basado en los valores que fomentan el bien común. Fíjate que en este discurso hablamos de economía, pero no de dinero, y no es que creamos que no es necesario, pero lo entendemos como un medio y no como un fin. Ahora mismo, todo lo que no sea éxito económico se relativiza, pero en la Economía del Bien Común el objetivo son los valores, y el dinero es un medio para conseguirlos.
A nivel personal mucha gente estará de acuerdo, pero convencer a las grandes empresas para que busquen el beneficio común por encima del lucro personal resulta más difícil….
Claro, si pensamos en las personas más poderosas, no vamos a hacer que sean ellas quienes cambien, aunque probablemente sean buenas personas con valores que simplemente los dejan aparcados en la puerta antes de entrar a trabajar. Pero lo que no podemos es quedarnos sin hacer nada, tenemos que actuar y por ahí empieza la Economía del Bien Común.
«El éxito económico debe ser el medio para conseguir unos valores, no el fin»
¿Y cómo empieza ese cambio?
Como te decía, la Economía del Bien Común se basa en unos valores, y para avanzar hacia ellos se ha desarrollado una herramienta, que es el balance del bien común. Nosotros ofrecemos a empresas, municipios, organizaciones o incluso a personas a título individual que estén concienciadas una herramienta para que puedan autoevaluarse. Es un proceso totalmente gratuito donde, a través de nuestra web, pueden realizar una evaluación de su impacto. Después, pueden remitir los resultados al equipo de auditores de la Economía del Bien Común para que certifiquen si el balance que han hecho es correcto. La idea es que se vaya implementando y las empresas, ayuntamientos o asociaciones puedan ver dónde están y hacia dónde tienen que ir, un análisis que te dice «ustedes están así, la empresa va bien en este sentido pero tiene que mejorar en este otro».
«El éxito económico debe ser el medio para conseguir unos valores, no el fin»
¿Una especie de certificado de calidad en bien común para empresas?
Claro. Las empresas pueden tener una puntuación que va de cero a 1.000, y si tienes una buena cifra, lo puedes indicar en tu web para que tus consumidores sepan que estás contribuyendo a unos valores sociales, medioambientales y de transparencia. También se ha creado un símbolo, la flor de dragón, que va de 1 a 3, una puntuación que surge a través del proceso de consultoría de la empresa. La idea es que todo esto vaya más lejos, convirtiéndose en un sello que identifique aquellos productos que están siguiendo los estándares ligados al bien común. Eso hace que el producto tenga un valor añadido tremendo, porque ahora mismo podemos comprar algo fantástico y muy bien de precio, pero no sabemos si los empleados de esa empresa están atados a la pata de la mesa para trabajar… Es una forma de tener una visión mucho más amplia de la empresa.
A nivel de Euskadi ¿cuántas empresas se han apuntado a hacer ese balance?
El movimiento a nivel mundial lleva dos años y medio. En España entró hace poco más de un año y en Euskadi estamos aún en fase de construcción. A nivel estatal hay más de mil empresas, pero aquí aún es muy reciente. Aún así, nosotros hemos recibido ya el interés de algunas divisiones del grupo Mondragón y en alguna de las empresas del grupo ya se está haciendo el balance, porque han visto que en la vorágine del sistema en el que estamos tienen que buscar otras formas de hacer las cosas.
Desde la Economía del Bien Común se proponen incentivos fiscales y apoyo de las administraciones públicas para fomentar las empresas que aporten al bien común frente a las que no lo hacen, ¿cómo lo planteáis?
Ese es un proceso muy largo, porque cambiar las leyes no es algo que se haga de un día para otro. Nuestra idea es cambiar desde abajo y desde lo pequeño. Un ayuntamiento, por ejemplo, puede reducir tasas fiscales o favorecer en los concursos a las empresas que menos contaminen o que sigan principios de justicia social. Hay vías para hacer que estas organizaciones puedan ser más competitivas frente a otras empresas, aunque es un proceso que llevará tiempo.

Fuente: Euskadi+Innova. http://goo.gl/86Mxok

Consultor: Javier Goikoetxea