El año 2015 supone el comienzo de una nueva forma de entender el desarrollo sostenible. Este mes de septiembre Naciones Unidas aprueba los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su Asamblea General en Nueva York y con ellos, los retos en materia de sostenibilidad hasta el año 2030, lo que repercutirá sobre el bienestar de millones de personas y el futuro del planeta.

Estos objetivos vienen precedidos por los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados en el año 2000, que debían alcanzarse antes del 31 de diciembre de 2015. Este marco, que llega ahora a su fin, ha tenido un cumplimiento desigual. Es por ello que ha llegado el momento de apostar por una nueva forma de entender el desarrollo, bajo el prisma de la sostenibilidad, apostando por una nueva agenda más ambiciosa.
Este nuevo marco estará compuesto por 17 objetivos y 169 metas, que marcarán la hoja de ruta y la guía de actuación en materia de desarrollo sostenible de todos los actores de la esfera internacional, incluyendo estados, sociedad civil y empresas.
Estos 17 objetivos abarcan una amplia variedad de temáticas. Desde la erradicación de la pobreza y la desigualdad a cuestiones de género, educación, salud o infancia hasta otras más emergentes como el agua y el saneamiento, el crecimiento económico inclusivo o la lucha contra el cambio climático. En general, se contemplan todas aquellas áreas que puedan tener incidencia sobre el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y medioambiental y que puedan comprometer el bienestar de las actuales y futuras generaciones.
La importancia de aterrizar la Agenda internacional en lo local
El reto en encontrar la forma en que todos los actores a nivel internacional contribuyan a los ODS, teniendo en cuenta sus particularidades. Por ello, tanto estados, como empresas y sociedad civil deberán en primer lugar identificar cómo contribuir a la agenda de forma efectiva.
La nueva Agenda de Desarrollo parte de que todos los actores deben tomar como base el marco propuesto y empezar a trabajar entorno a él desde su propia perspectiva. Así, los organismos públicos deben desarrollar politicas públicas y tomar decisiones que vayan poco a poco consiguiendo plasmar los diferentes objetivos y metas a nivel local, nacional e internacional. El conjunto de la sociedad civil por otro lado, debe utilizar las diferentes vías que posee para impulsar los ODS, a través del trabajo en las empresas,  de las ONG y fomentando la labor de concienciación del conjunto de actores.
Sin duda el reto más novedoso para todos los agentes que trabajan en el sector privado consiste en encontrar los cauces adecuados a través de los cuales las empresas se posicionen definitivamente como motores de desarrollo sostenible.

Además de las acciones individuales llevadas a cabo por los diferentes actores, éstos deben sumar todos sus esfuerzos individuales y concentrarlos en pos de una alianza global por el desarrollo. Esto quiere decir que todos ellos compartan conocimientos, experiencia, tecnologías y recursos financieros para apoyar el logro de los ODS en todos los países del mundo, creando alianzas estratégicas eficaces. Sólo de esta forma, las prioridades y objetivos de gobiernos, sociedad civil y sector privado confluirán y darán lugar a un camino conjunto en pos del desarrollo sostenible.

Fuente: Pacto Mundial España
Autor: Ivan del Caz
Consultor apasionado en estratregia y branding